fbpx

¿Por qué las relaciones filiales han ganado importancia entre las narrativas actuales?

Entre las tendencias de la narrativa actual observamos un incremento en los relatos centrados en relaciones filiales. ¿A qué podrá deberse esto?

Si pensamos en nuestra época, gran parte de su intelectualidad la caracteriza como aquella en la que las estructuras patriarcales son fuertemente cuestionadas. Estereotipos de género, la forma en que se relaciona la gente entre sí, la importancia asignada a objetivos profesionales, el llamado a experimentar y viajar… todo ha cambiado.

Naughty Dog nos obsequió una de las más memorables historias que giran en torno a una relación de tipo filial en la primer entrega de The Last of Us.

El cese de un mandato cultural

Generaciones pasadas entendían que ser reconocido como adulto y como padre o madre eran prácticamente conceptos análogos. Emergía entonces un mandato del que sólo quedaban vedados los eclesiásticos. Sólo al nacer tu hijo o hija obtenías de forma plena la batería de derechos y obligaciones de la adultez. Con el correr del tiempo, afortunadamente y no sin algún dolor de cabeza, la mayoría de las sociedades se han corrido de ese lugar, el del mandato. Pero, a medida que las sociedades envejecen y sus tasas de natalidad descienden, observamos cambios en las narrativas y sus objetos dinamizadores.

En tiempos de grandes cambios socioculturales, especialmente en las sociedades occidentales, parecería lógico que las audiencias modernas inclinen su preferencia por determinados tipos de historias, con temáticas subyacentes distintas, y que en consecuencia el perfil de la producción de ficción se ajuste a esos cambios.

Dentro de este marco observamos un incremento en la cantidad de historias que tienen por centro relaciones del tipo parental.

Basta con listar sólo a unos cuantos: The Last of Us, The Mandalorian, God of War, The Witcher 3, The Walking Dead, Interstellar, Death Stranding, Android: Become Human, Inside Out, Rick & Morty.

La incorporción del hijo de Kratos le dió gran profundidad a la saga God of War.

No les parece interesante esta tendencia? Vemos cómo distintas historias ubican como motor a la relación entre padre e hijo, o análogas. Lo vemos en el cine, las series de TV, los videojuegos y los cómics.

¿Por qué nos gustan este tipo de historias?

Ante la intriga que nos genera ver cada vez más historias de este tipo, hemos discutido cuáles podrían llegar a ser las razones de nuestra reciente inclinación por historias como estas. A continuación, algunas de las posibles razones.

  • Evitar una narrativa centrada en el romance. Amamos las historias de amor, pero la vida no se reduce a ese tipo de relaciones. Los creativos a cargo de crear las historias de ficción son conscientes del efecto desgaste que tenemos a cuenta del exceso de esas historias y deciden ofrecer algo que el público recibe de buen gusto: otros tipos de motivaciones y relaciones afectivas. Las relaciones entre padres e hijos han sido menos desarrolladas en la ficción y son bastante novedosas y
    aclamadas en industrias específicas como la del Videojuego.

Million Dollar Baby recibió elogios de la crítica internacional y ganó cuatro premios de la Academia.

Cuando el protagonista principal de una historia y su compañero o co-protagonista son de distinto género, las audiencias naturalmente tienden a leer la narrativa en términos románticos y suelen estar demasiado centrados en la consumación de un amor que parece obligado. Para evitar este tipo de desgaste sin dejar de ofrecer personajes de ambos sexos, los escritores suelen recurrir a diferencia de edad entre ellos y termina emergiendo casi por accidente el perfil parental en la relación entre ambos, tal y como en The Last of Us, The Witcher y Million Dollar Baby.

  • La necesidad de trascendernos. “¿Criar hijos? Eso es igual a renunciar a tiempo libre, a resignar vacaciones habituales y accesibles y a acceder voluntariamente a una mayor presión económica y financiera, ¿verdad?” Y sin importar la racionalidad detrás de los argumentos en contra, la experiencia humana sólo llega a ser plena al sentir que agregamos valor a nuestra sociedad, trascendiéndonos a nosotros mismos y llegando a los otros.

Children Of Men relata un mundo en el que los humanos pierden su capacidad de procrearse.

El traspaso de un mentalidad centralizada en la propia individualidad a otra centrada en el pensamiento comunitario suele ser representado, en la narrativa, a través de la paternidad. Criar a un hijo, proveer acorde a sus necesidades materiales y afectivas, transmitirle tus valores, conocimiento y cultura. Renunciar parcialmente al yo para satisfacer a otros. Children of Men e Interstellar contaron con éxito excelentes historias que logramos sentir cercanas porque se centraron en la renuncia de individualidades para proteger a las futuras generaciones a nuestra especie como tal.

  • El valor de la vida. ¿Recuerdan cómo se debatía en su foro interno el mercenario, en The Mandalorian, luego de haber cumplido la misión asignada y haber entregado al niño, es decir, al “baby Yoda” o Yoda bebé, a las fuerzas imperiales? Había cumplido con su mandato de mercenario y el código de ética de los mismos. Pero al hacerlo, debió resistir fuertemente el afecto que ya había desarrollado por la pequeña criatura.

En su cabina, procuraba silenciar su foro interno para volar, sin ligazón afectiva. Lo podías sentir en tus huesos. Se confrontaba a su propio código profesional ante una revelación irresistible: ¡cuán preciosa y divina es la vida! Tanto que está por encima de todo, tanto como para poner en riesgo la propia conveniencia o tranquilidad con tal de cuidarla, tanto como para asumir responsabilidad y velar por ella.

The Last of Us, The Walking Dead The Mandalorian giran todas en torno a este tema.

El momento en que no puedes mentirte más y descubres la falta de algo importante.

Una temática interesante que obtiene eco en nuestro foro intimo

Al final de cuentas, seguramente, lo que importe por sobre todas las cosas no sea alrededor qué elementos giran las historias que disfrutamos, sino cómo y hasta qué punto logran movilizar algo en nosotros.

Por otro lado, es importante recordar las historias nos fascinan, nos entretienen, pero también nos educan, nos permiten aprender y son un espacio seguro sobre en los cuales “vivir” experiencias que no nos son propias. Y en un tiempo en el que escuchamos tantos argumentos que nos invitan a repensar o retrasar la paternidad, señalándonos los costos o aspectos negativos inherentes a la experiencia, una suerte de inconsciente colectivo o sabiduría universal pareciera alzarse frente a esas voces, haciéndonos llegar un mensaje que nos recuerda de las satisfacciones, y no solo las penurias, que vienen incluidas en el mismo paquete. O quizás sólo necesitamos ser recordados que hay muchas formas de vincularse y compartir experiencias con las nuevas generaciones, sin necesidad del hecho de ser padre en términos biológicos.

De cualquier manera, sigamos disfrutando de estas historias fascinantes y permitámonos hacerlo sin vergüenza alguna si acaso reconociéramos en ellas algún deseo oculto o la evocación de nuestra propia filiación a nuestros padres en ellas.

 

Share this post